Blog del profesor Richard Roca Garay sobre el acontecer Macroeconómico y divulgación de la ciencia económica
miércoles, 30 de septiembre de 2009
Vittorio Corbo: "ya no tenemos crisis" pero persistirá problema del empleo
Fuente: INVERTIA
Ex presidente del Banco Central
Vittorio Corbo afirma que "ya no tenemos crisis" pero persistirá problema del empleo
"Ya no tenemos crisis. La crisis se acabó en el mundo. Los impactos grandes de esa crisis en Chile se han atenuado en forma importante", dijo el actual consejero del Centro de Estudios Públicos (CEP).SANTIAGO, septiembre 29.- Un positivo balance sobre el actual escenario económico hizo el ex presidente del Banco Central y director del Banco Santander, Vittorio Corbo, al asegurar que la crisis económica ya está en franca retirada. "Ya no tenemos crisis. La crisis se acabó en el mundo. Los impactos grandes de esa crisis en Chile se han atenuado en forma importante", dijo el actual consejero del Centro de Estudios Públicos (CEP).En ese contexto, el economista agregó que el sistema se ha estabilizado y que la economía está creciendo. "Entonces crisis no tenemos", dijo. Sin embargo advirtió que "dada la fuerza de la contracción y la gran rigidez del mercado laboral, el alto desempleo va a seguir siendo un problema por un período prolongado de tiempo".En este sentido, estimó que la actividad productiva se contraería entre -2% y -1,5%. En sus recientes proyecciones, el instituto emisor previó una reducción de entre -2% y -1%.
Comercio mundial muestra señales de recuperación: Hsbc
Fuente: Reuters
Un sondeo entre pequeñas y medianas empresas en doce grandes mercados mostró una creciente confianza en el estado del comercio mundial, dijo el mayor banco europeo, Hsbc.
"Estamos viendo señales de lo que podría ser el inicio de una recuperación del comercio global", dijo William Nowicki, jefe de comercio y cadena de abastecimiento de Hsbc-North America.
El estudio mostró que las firmas esperan más pedidos y un mejor acceso al crédito.
El comercio mundial cayó dramáticamente a finales del 2008, ya que tanto los consumidores como las empresas recortaron el gasto en respuesta a la peor turbulencia económica en décadas.
Las condiciones de crédito más difíciles contribuyeron también a la gran caída en el comercio.
El sondeo mostró un panorama en general positivo, con una lectura promedio global de 110 en una escala de cero a 200, siendo 100 una lectura neutral, dijo Hsbc.
Los volúmenes de comercio han repuntado en los últimos mees, pero todavía permanecen muy por debajo de los niveles previos a la crisis.
El sondeo de Hsbc mostró que la confianza era más alta en China, donde el índice tocó 121, seguida por Indonesia, con 120, y por los Emiratos Árabes Unidos, con 118.
Estados Unidos y Australia registraron una lectura de 107, debajo de Brasil, Singapur y Vietnam, que tuvieron cada uno una lectura de 110.
Las empresas de Malasia fueron las más pesimistas, con una lectura de 92.
sábado, 19 de septiembre de 2009
La Economía Peruana cae en Julio 1.38%
Los últimos informes de BCRP y del INEI generan dudas sobre la capacidad de nuestra economía para salir de la recesión. Nuestro país ha tenido caídas del PIB trimestral desestacionalizados de 1.1% en el primer trimestre y 0.9% en el segundo trimestre lo que técnicamente es recesión en cualquier parte del mundo y que nuestras autoridades intentaron encubrir.
La siguiente figura, tomada del informe macroeconómico del segundo trimestre del BCRP pone en evidencia dicha recesión. Pues se observa que los niveles de producción, medidos en soles de 1994 se han reducido en los dos últimos trimestres.
Figura 1: PIB Trimestral Desestacionalizado
Millones de soles de 1994
A nivel mensual el PIB mensual desestacionalizado pareciera empezar una tendencia de recuperación como lo indica la línea azul de la figura 2 aunque es muy pronto para estar seguros.
Año base 1994=100
La tasa de crecimiento mensual interanual de julio fue -1.38%, una caída mayor a lo esperado. El mes de junio también había caído 2.08% respecto a junio del 2008. como muestra la figura 3.
Figura 3: Evolución de Producción Nacional: 2007-2009
Adicionalmente preocupa la fuerte caída que viene experimentando el sector manufacturero que en Julio fue 12.35% menor respecto al mismo mes del 2008 mientras que en periodo enero-julio del 2009 dicho sector lleva una caída acumulada de 8.91% respecto al mismo periodo del 2008 como muestra el siguiente cuadro.
Año base 1994
El sector comercio también muestra una caída 1.22% para el periodo enero-julio del 2009 respecto al mismo periodo del 2008.
Los sectores que más crecieron fueron el Financiero y Seguros 9.76% en enero-julio interanual y el de servicios gubernamentales 12.86% para el mismo periodo enero-julio respecto al mismo periodo del 2008.
Recientemente el BCRP ha reducido sus previsiones de crecimiento económico para este año de 3% a 1.8%. El gobierno empezó el año afirmando que la economía peruana estaba blindada, despues afirmó que el crecimiento mínimo sería 6% posteriormente sus pronósticos fueron bajando a 4%, 3%, 2.5%. Posiblemente el ministro de economía volverá a reducir sus previsiones ante la modificación de pronósticos hecha por el Banco Central.
miércoles, 9 de septiembre de 2009
Roubini: Una recuperación fantasma?
por Nouriel Roubini (*)
¿Hacia dónde se dirige la economía americana y mundial? El año pasado había dos bandos en debate. Uno sostenía que la recesión en EEUU tendría forma de V: corta y poco profunda. Duraría sólo ocho meses, como las dos recesiones anteriores de 1990-1991 y 2001, y el mundo se desacoplaría de ella.
Otros, incluido yo, sostuvieron que, dados los excesos de apalancamiento del sector privado (en viviendas, entidades financieras y empresas), sería una recesión en forma de U: larga y profunda. Duraría unos 24 meses y el mundo no se desacoplaría.
Hoy, después de veinte meses de recesión en EEUU, que pasó a ser mundial en el verano de 2008 con un reacoplamiento en masa, la idea del desacoplamiento en forma de V ha quedado descartada. Esta es la peor recesión en EEUU y mundial en 60 años. Si se acaba al final de este año, como es lo más probable, habrá sido tres veces más larga y unas cinco veces más profunda -desde el punto de vista de la reducción acumulativa de la producción- que las dos anteriores.
Los economistas hoy convienen que la recesión ya ha pasado, que la economía de EEUU y la mundial volverán rápido a crecer y no ven peligro de recaída. Lamentablemente, ese nuevo consenso podría ser tan erróneo como equivocados han estado en los tres últimos años quienes sostenían la hipótesis en forma de V.
Los datos de EEUU -aumento del desempleo, reducción del consumo de las familias, descenso aún de la producción industrial y debilidad del mercado de vivienda-, indican que su recesión aún no ha concluido. Un análisis similar de muchas otras economías avanzadas indica que, tal como en EEUU, falta muy poco para tocar fondo, pero aún no se ha tocado. La mayoría de las economías de los países emergentes pueden estar volviendo al crecimiento, pero sus resultados son muy inferiores a su potencial. Además, por diversas razones, es probable que el crecimiento en las economías avanzadas siga siendo anémico y muy inferior a lo normal durante al menos un par de años.
Es probable que por la primera razón haya un freno a largo plazo del crecimiento: las familias necesitan desapalancarse y ahorrar más, lo que limitará el consumo durante años. En segundo lugar, el sistema financiero -tanto los bancos como las entidades no bancarias- está muy dañado. La falta de un crecimiento sólido del crédito obstaculizará el consumo y el gasto en inversión privados.
En tercer lugar, el sector empresarial afronta una saturación de la capacidad y es probable que, si el crecimiento es anémico y persisten presiones deflacionistas, la recuperación de la rentabilidad sea débil. Con ello, no es probable que las empresas aumenten los gastos de capital.
En cuarto lugar, el apalancamiento del sector público mediante grandes déficit presupuestarios y acumulación de deuda podría bloquear una recuperación del gasto privado. Además, los efectos de la política de estímulo se disiparán a principios del año próximo, con lo que hará falta una mayor demanda privada para apoyar el crecimiento continuo.
Ahora la demanda privada interna -y en particular el consumo- es débil o se está reduciendo en países muy gastadores (EEUU, el Reino Unido, España, Irlanda, Australia, Nueva Zelanda, etc.), mientras que no aumenta lo suficiente en países muy ahorradores (China, Asia, Alemania, Japón, etc.) para compensar la reducción de sus exportaciones netas. De modo que hay una disminución mundial de la demanda agregada en comparación con la saturación de capacidad de la oferta, lo que impedirá una sólida recuperación mundial.
Además, ahora hay dos razones para temer una recesión con dos bajadas. Primero, podría ocurrir que no se aplicara bien la estrategia de salida del alivio monetario y presupuestario, porque las autoridades reciben duras críticas tanto si actúan a ese respecto como si no. Si se toman en serio sus déficit presupuestarios (y una posible monetización de éstos) y suben los impuestos, reducen el gasto y enjugan el exceso de liquidez, podrían socavar la recuperación ya débil.
Pero, si mantienen grandes déficit presupuestarios y siguen monetizándolos, en algún momento -luego que las actuales fuerzas deflacionarias lleguen a estar más controladas- , los mercados de bonos se rebelarán. Ahí las perspectivas inflacionarias aumentarán, como también los rendimientos de los bonos estatales a largo plazo, y la recuperación quedará bloqueada. Una segunda razón es que los precios del petróleo, energía y alimentos, pueden estar aumentando más rápido de lo que lo justifican los datos económicos fundamentales y la desviación de la liquidez acumulada hacia la caza de activos y la demanda especulativa podrían hacer que aumenten más. En 2008 el petróleo a US$ 145 fue un punto de inflexión para la economía mundial, pues creó una grave crisis de ingresos para EEUU, Europa, Japón, China, India y otros países importadores de crudo. Si fuerzas especulativas semejantes lo condujeran velozmente hasta US$ 100 la economía mundial, apenas recuperada, no podría soportar una crisis de contracción.
Así pues, el término de esta grave recesión mundial estará más cerca a fines de año que ahora, la recuperación será anémica en vez de sólida en las economías avanzadas y existe un peligro en aumento de una recesión con dos bajadas. Las recientes recuperaciones de los mercados de valores, materias primas y crédito, pueden haberse adelantado a la mejora de la economía real. En ese caso, no puede estar demasiado lejos una corrección.
http://www.project-syndicate.org/commentary/roubini16/Spanish
(*) Presidente de Roubini Global Economics y profesor de la Stern School of Economics de la U. de Nueva York.
Sachs: La Crisis Financiera un año despues
por Jeffrey D. Sachs
NUEVA YORK – Ahora hace casi un año desde que la economía mundial se tambaleó al borde de la catástrofe. En el lapso de tres días, del 15 al 17 de septiembre de 2008, Lehman Brothers se declaró en quiebra, el Gobierno de los Estados Unidos tuvo que hacerse cargo de la enorme compañía de seguros AIG y el debilitado icono de Wall Street, Merril Lynch, fue absorbido por el Banco de América con un acuerdo intermediado y financiado por el Gobierno de los EE.UU. A continuación se produjo el pánico y el crédito dejó de circular. Las empresas no financieras no conseguían capital de explotación y mucho menos aún financiación para inversiones a largo plazo.
Una depresión parecía posible.
Hoy la tormenta ha amainado. Meses de adopción de medidas de emergencia por los principales bancos centrales impidieron la quiebra de los mercados financieros. Cuando los bancos dejaron de facilitar liquidez a corto plazo a otros bancos y a empresas industriales, los bancos centrales colmaron esa laguna. A consecuencia de ello, las mayores economías se libraron de un colapso del crédito y de la producción. La sensación de pánico se disipó. Los bancos están prestándose de nuevo.
Aunque se evitó lo peor, persiste mucho sufrimiento. La crisis culminó en un desplome de los precios de los activos al final de 2008. Las familias de clase media y adineradas de todo el mundo se sintieron más pobres y, por tanto, redujeron sus gastos radicalmente. Unos precios del petróleo y de los alimentos por las nubes contribuyeron al sufrimiento y, por tanto, a la contracción. Las empresas no podían vender su producción, lo que provocó reducciones de la producción y despidos. El aumento del desempleo agravó la pérdida de riqueza de las familias, lo que las colocó en una situación económicamente muy peligrosa y propició más reducciones del gasto de consumo.
Ahora el gran problema es el de que el desempleo sigue aumentando en los Estados Unidos y Europa, porque el crecimiento es demasiado lento para crear suficiente puestos de trabajo nuevos. Se siguen sintiendo dislocaciones en todo el mundo.
A continuación ha habido un intenso debate sobre el llamado “gasto para el estímulo” en los EE.UU., Europa y China. El gasto para el estímulo va encaminado a utilizar mayores desembolsos o incentivos fiscales gubernamentales para compensar el descenso del consumo de las familias y de la inversión empresarial. En los EE.UU., por ejemplo, una tercera parte, aproximadamente, de los 800.000 millones de dólares del plan de estímulo de dos años comprende reducciones fiscales (para estimular el gasto en consumo): una tercera parte son gastos públicos en carreteras, escuelas, energía eléctrica y otras infraestructuras y otra tercera parte reviste la forma de transferencias federales a los gobiernos estatales y locales para la atención de salud, el seguro de desempleo, los salarios en las escuelas y demás.
Los planes de estímulo son polémicos, porque aumentan los déficits presupuestarios, por lo que entrañan la necesidad de reducir el gasto o subir los impuestos en el futuro inmediato. Lo que hay que preguntarse es si logran aumentar la producción y los puestos de trabajo a corto plazo y, en caso de que sí, si son suficientes para compensar los inevitables problemas presupuestarios que habrá más adelante.
La verdadera eficacia de esos planes no está clara. Supongamos que el Gobierno ofrezca una reducción fiscal para aumentar la paga que llevan a casa los consumidores. Si éstos esperan que sus impuestos suban en el futuro, pueden decidir ahorrar la reducción fiscal en lugar de intensificar el consumo. En ese caso, el estímulo tendrá poco efecto positivo en el gasto de las familias, pero empeorará el déficit presupuestario.
Una evaluación temprana de los planes de estímulo indica que el programa de China ha funcionado bien. El abrupto descenso de las exportaciones de China a los EE.UU. ha quedado compensado con un pronunciado aumento del gasto del Gobierno chino en infraestructuras: en construcción de metropolitanos, pongamos por caso, en las mayores ciudades de China.
En los EE.UU., el veredicto es menos claro. Probablemente se haya ahorrado la reducción fiscal, en lugar de gastarla. Aún no se ha gastado el componente de infraestructuras por culpa de los largos lapsos que ha requerido la conversión del plan de estímulo de los EE.UU. en verdaderos proyectos de construcción. La tercera parte –la transferencia a los gobiernos estatales y locales– casi con toda seguridad ha dado resultado para mantener el gasto en escuelas, salud y los desempleados.
En una palabra, los efectos del estímulo de los EE.UU. probablemente hayan sido positivos, pero pequeños, y no hayan tenido un efecto decisivo en la economía. Además, la preocupación por el enorme déficit presupuestario de los EE.UU., que ahora asciende a 1,8 billones de dólares (el 12 por ciento el PNB) por año, ha de aumentar, lo que no sólo creará enormes incertidumbres en la política y en los mercados financieros, sino que, además, socavará la confianza de los consumidores, cuando las familias centren su atención en posibles reducciones presupuestarias y aumentos de impuestos futuros. Los EE.UU. han llegado prácticamente al límite de capacidad en materia de gasto para estímulo a corto plazo y necesitarán empezar a reducir el déficit presupuestario y fomentar vías substitutivas hacia el crecimiento.
Cuando la crisis se intensificó al máximo hace un año, Barack Obama introdujo en la campaña presidencial el tema de una “recuperación verde”, basada en un incremento pronunciado de la inversión en energías renovables, nuevos vehículos eléctricos, edificios “verdes” medioambientalmente eficientes y agricultura ecológicamente racional. En el calor de la batalla contra el pánico financiero, las políticas no estuvieron centradas en esa recuperación verde. Ahora los EE.UU. necesitan volver a abordar esa importante idea.
Los consumidores de los EE.UU. y Europa, agobiados por las deudas, limitarán el gasto en años futuros mientras reconstruyan su riqueza y sus activos de planes de jubilación, pero la atonía económica resultante nos brinda la oportunidad –y necesidad– histórica de compensar el bajo gasto de consumo con un mayor gasto de inversión en tecnologías sostenibles.
Las políticas gubernamentales de los EE.UU. y otros países ricos deben estimular esas inversiones mediante incentivos especiales. Entre ellos figuran el sistema de límites máximos e intercambio de emisiones de gases que producen el efecto de invernadero, subvenciones para investigación e innovación en materia de tecnologías sostenibles, aranceles de conexión e incentivos reguladores para la energía renovable, subvenciones a los consumidores y otros alicientes para la adopción de nuevas tecnologías “verdes” y la aplicación de programas “verdes” de infraestructuras, como, por ejemplo, el transporte colectivo.
El mundo rico debe brindar también a los países más pobres subvenciones y préstamos con bajo interés para que compren tecnologías energéticas sostenibles, como, por ejemplo, centrales de electricidad solar y geotérmica, con lo que contribuirían a la recuperación mundial, mejorarían la sostenibilidad medioambiental a largo plazo y acelerarían el desarrollo económico.
La crisis puede ser aún una oportunidad para pasar de una vía de burbujas financieras y consumo excesivo a otra de desarrollo sostenible. De hecho, la de aprovechar esa oportunidad es la única receta para el crecimiento genuino que nos queda.
http://www.project-syndicate.org/commentary/sachs156
Jeffrey D. Sachs is Professor of Economics and Director of the Earth Institute at Columbia University.
Copyright: Project Syndicate, 2009.www.project-syndicate.org